
Nunca ha sido Carranza y menos los aficionados que lo frecuentan. Un hervidero de mala educación o desalmados. Es más, se caracteriza por todo lo contrario. Aquí nos reimos de nosotros mismos, no de la desgracias ajenas.
El fortuito y tremendo golpe, entre el asistente de banda y el jugador amarillo Fausto Tienza que causó la posterior lesión del linier con su correspondiente sustitución, debido a que no pudo continuar sobre el cesped. No fue acogida por risas y mucho menos con sorna, por parte del plebiscito gaditano.
El asombro y la preocupación se apoderó del graderio, y el estado de salud del juez de línea fue el foco de atención durante los minutos de su convalecencia. Una vez recuperado, recibió la ovación de rigor y se marchó acompañado por gritos de apoyo del respetable.
Si se quiere malinterpretar como risas… Que cada cual juzgue libremente. Pero que no se formen juicios de valor, ridiculizando y menospreciando a una noble afición que sabe reaccionar a las mil maravillas en ese tipo de acciones desafortunadas.
Somos más grandes que la opinión de un medio y más fuertes que las críticas destructivas… lo que no es, no es.