
Por Jorge González.
“La pelea no se negocia”. Esa máxima impuesta por el míster desde que llegara al banquillo del Cádiz, nos trajo un ascenso y dos dignísimas temporadas en Segunda División. El equipo se convertía un muro en los primeros sesenta minutos del partido. Recibiendo golpes y esperando encontrar una grieta. Una apertura por donde desencadenar a los dos diablos vestidos de amarillo, como Salvi y Alvarito.
Con esa receta, hemos recuperado nuestra dignidad y nuestro lugar en la historia del fútbol español. Pero siempre, el cadismo quiere más. Una afición ambiciosa como la cadista, no se conforma con el tedio de ver a su equipo transitar sobre una balsa en la categoría de plata. La relación cadismo-club, se fue estrechando hasta tal punto que durante dos temporadas fuimos uno. Equipo y afición se enlazaron en un idilio que comenzó a renquear durante el comienzo de esta temporada.
Tan solo recordar una máxima a la plantilla. Estamos con vosotros. El cadismo es una afición agradecida y que no escatimará con la entrega de vosotros en el campo, aún perdiendo. Sabios del fútbol nacieron en Cádiz y su provincia, así como gente agradecida que no exige más de lo que podéis dar. Os lo mostramos frente al Sporting, donde el infortunio no hizo sumar los tres puntos a nuestro casillero.
Nunca os pediremos más de lo que tengáis. Pero dadlo todo. No os dejéis nada en el campo y no les deis nada al contrario. Arrolladlos como en estas dos temporadas anteriores. La recompensa será el aplauso y un Carranza ardiendo. Volved a esos tiempos no tan lejanos en los que los defensas más experimentados temblaban con el empuje y la fuerza de vosotros y de nosotros.
Ya lo dijo, Álex Fernández. Sólo es cuestión de tiempo. Vuestra recompensa será gloriosa.