
Como no podía ser de otra forma, los representantes del motor del jugador número doce, de los descendientes de Hércules. Han arropado y arengado a los titanes amarillos durante el entrenamiento que se efectuaba en las instalaciones de El Rosal.
Brigadas y equipo se han fundido en un grito de ánimo y motivación, de cara al crucial partido de este domingo ante el Sporting de Gijón. Dejando constancia en todo momento del apoyo y el respaldo que van a recibir. Porque esta lucha es de todos.
Bonita comunión que magnifíca el compromiso y la fe que hay en esta plantilla y sobre todo para que se graben a fuego, que no están solos.
Porque bajo este círculo de unión, no habrá enemigo que sea capaz de traspasarlo ni separarlo.