Tarde de Reyes friolera con la vuelta del campeonato liguero al Templo. Tarde de ilusiones y de regalos como los tres puntos que consiguió el conjunto amarillo que lo dejaban colíder a la espera de lo que haga el Huesca.
Partido de oficio, de mono de trabajo y de combate cuerpo a cuerpo. El conjunto granadino buscaba portería pero un inspiradísimo Cifuentes lo impedía una y otra vez. Grandes mano a mano ante Joselu y Manaj respectivamente que fueron de vital importancia. El peruano Peña era el jugador más insistente de los visitantes pero no pudo encontrar premio alguno.
El balón parado, fue de nuevo nuestro mejor aliado. Una falta sacada por Salvi directa al corazón del área fue rematada por el Atlas Amarillo Kecojevic sobrevolando los cielos y anticipándose a todos, para conectar un letal remate de testa para perforar la meta de Javi Varas.
Barral puso el carbón en escena, tras ser expulsado por doble amarilla en apenas cinco minutos de juego. Demasiado revolucionado para un partido que requería todo lo contrario, mente fría y calma.
Los de Cervera supieron aguantar las embestidas y arreones finales de un conjunto nazarí que soñaba con el empate.
Victoria trabajada y sufrida que sirven para seguir sumando puntos y aumentando la moral y confianza de la plantilla.
La milonga está cada vez más cerca y las caretas siguen puestas.