
En un mercado de invierno frenético para el Cádiz, había un nombre en la parrilla de salida. Este nombre era el de Mario Barco, que contaba con ofertas de Elche y Nàstic de Tarragona.
Pero no todo el mundo del fútbol es un enjambre de intereses y dinero. La intención de Mario Barco es encontrar su hueco en el Cádiz a base de trabajo y entrega. Está a gusto en el equipo amarillo y su única intención es demostrar que puede jugar y marcar goles en nuestro equipo.
Un chaval sano, comprometido con la causa y que respeta las decisiones del entrenador sin alzar la voz. Sabe que la temporada aún es larga y que podrá disponer de oportunidades a base de sacrificio y trabajo.
Todo un ejemplo en este mundo mercantilista y sin escrúpulos. En el pasado verano llegó un futbolista para una nueva aventura. El tiempo lo ha convertido en un cadista más.