
Por Jorge González
Cuando suele haber un consenso entre gran cantidad de aficionados y gentes dispares es porque se asume un hecho evidente.
Esto es lo que ocurre con el señor de la foto. De Chiclana y con veintiún años, don Manuel Javier Vallejo Galván, no es que esté para jugar en Segunda, es que es jugador de Segunda.
En el partido de ayer, marcó, jugó, asistió, corrió y peleó. Siendo un incordio para la defensa ilicitana y aprovechando su velocidad para ganarle la partida a los defensas del Elche. La solvencia con la que juega, lo hace merecedor de facto, de ser jugador de la primera plantilla.
La Tercera sería una locura. La Segunda B, una jaula para su progresión. Está bien educado y tiene la cabeza bien amueblada. Ayer lo demostró contra rivales de Segunda División.
Pero sobre todo, lo que necesita es jugar. No sería viable incorporarlo a la primera plantilla si el entrenador no fuera a contar con él. El míster lo conoce y sabe que es un diamante al que se le sigue puliendo y no pierde oportunidad en verlo jugar durante la pretemporada. Parece que lleva años jugando en la primera plantilla y Cervera lo sabe.
En algo (y ha sido difícil) se ha puesto de acuerdo el cadismo. Y es en decir, “me lo quedo”, por Manu Vallejo.