
En Curva Sur nunca han habido ángeles. Gente pecadora, han integrado esta sección con más de treinta años a sus espaldas. Irreductibles y penitentes. Con sus defectos, nunca quisieron ser ángeles, pero su compromiso con la sociedad de todos sus integrantes está fuera de toda duda. Su lucha contra el fascismo y el racismo, así como la ayuda a los más desfavorecidos, por bandera.
Ayer la luna se tiñó de negro. Uno de sus integrantes se marchó dejando un vacío tan enorme que aún no damos crédito. Ayer la luna se tiñó de negro y el cadismo aprieta los dientes por uno de los suyos. Ayer la luna se tiñó de negro porque una persona muy especial se nos fue. Cadista desde la cuna, lo veíamos como parte del paisaje en cada partido. Con sus andares peculiares. Con su sonrisa provocadora.
Hoy la luna se tiñó de negro, porque sus amigos echarán de menos sus “cargas”. Huérfanos de su presencia tan pronto y a media vida. El hueco de Carranza ya nunca será suplido.
No se sabe si cuando se nos fue, en su viaje ha subido al cielo o ha bajado al infierno. De lo que estamos seguros, es que a ángeles o demonios les estará diciendo: “¡Cómeme er nabo!
Te queremos, Tito. Cuídanos, allá donde estés.