
A veces las parejas que se encuentran en pleno proceso de divorcio y separación, deben de mantener la compostura, la cordialidad y el respeto a ojos de de los más pequeños de la casa. Las buenas maneras deben de aparecer en escena para no crear un clima de tensión que pueda afectar a terceros.
Dicho momento de unidad y sosiego, ha tenido lugar este pasado jueves entre los dirigentes amarillos Quique Pina y Manuel Vizcaíno, durante la barbacoa celebrada tras el entrenamiento en las instalaciones deportivas de El Rosal.
La directiva bicéfala, pudo disfrutar junto a la plantilla de jugadores y cuerpo técnico, del almuerzo de hermandad con objeto de buscar esa implicación al unísono para afrontar el último tramo de la temporada.
Una rivalidad y unas diferencias aparcadas, de cara a la galería, en favor de no alterar ni transmitir ningún tipo de preocupación al equipo en su camino de intentar pelear por los playoffs de ascenso a primera división.
Veremos a final de temporada, si este gesto de conciliación transitoria, ha surtido efecto y cual será su desenlace final en virtud de los mejores intereses para el club.