Por Jorge González.
No escapa a nadie. A ningún entrenador ni a ningún equipo de la Liga 123. El Cádiz se ha convertido en ese equipo al que nadie quiere ver ni en pintura.
Una línea defensiva cada temporada más sólida y la premisa de “la lucha no se negocia”, hacen al Cádiz un equipo temible. No en la delantera, por supuesto, pero si en la retaguardia. Un equipo rocoso, incómodo e infranqueable.
Numancia y ayer Oviedo ya han sufrido esa trampa mortal. Esa madeja que no llega a ninguna parte. El señor de esta ilustración es el culpable. No se puede tener todo, pero si el Cádiz fuera un equipo potente en ataque, sería claro candidato a cotas más altas.
Disfruten de los cinco puntos. No quedaros con ese gol en el 94. Quédense con el Cádiz desquiciando a los rivales. Con diez al cuarto clasificado de la temporada pasada y a un claro candidato al ascenso con un equipazo como el Oviedo.
Van a sudar sangre para ganarnos.