Hace doce años vino un jugador diferente. Artístico y elástico que nos hizo soñar con una permanencia imposible.
Pero todo el mundo coincide en que era el futbolista con más calidad desde que Mágico se fue de nuevo a El Salvador.
Curiosamente, el jugador argentino no fue determinante para el Cádiz en ningún momento de los dos años que estuvo en el equipo cadista. No sólo no consiguió la permanencia en Primera, sino que a la temporada siguiente tampoco fue capaz de ascender con una plantilla de quilates.
Su venta al Tigres mexicano en diciembre de 2007 se produjo con un Cádiz destrozado por Baldasano y Antonio Muñoz.