
Por Jorge González.
Si hay alguien que amaba al Cádiz, como institución, ente y patrimonio inmaterial de la ciudad y la provincia ese eras tú, Pepe. Cuánto sufrimiento, alegrías, euforia y tristeza durante una vida entregada al amarillo y el azul. Con una idea en la cabeza como es la propagación y la difusión del cadismo del que tú hacías gala.
Cuánto estrés, nervios, paciencia y tacto en la organización de esos masivos desplazamientos de la afición cadista, en el que fuiste impulsor y motor de que todo el territorio nacional quedara perplejo de tanto amarillo por las ciudades de la piel de toro.
Los cadistas no mueren, Pero no hay que llorar tu marcha, porque en este preciso momento, estás naciendo otra vez, y de nuevo, el ADN cadista correrá por tus venas.
Vuelve pronto, Pepe.
Q gran persona y cadistas se nos a ido ese pepe oe oe oe